jueves, 3 de noviembre de 2011

Una vida dedicada a la ciencia

Eso pensarán las pobres larvas de Galleria mellonella que tienen que sufrir las infecciones bacterianas. Así acaban las pobres (bueno, con suerte sobreviven dos días antes de morir congeladas). Claro, que el otro final es acabar pinchadas en un anzuelo. Queda mucho más elegante morir en pro de la ciencia, dónde va a parar...

1 comentario:

PapayMama dijo...

Espero que tu vida dedicada a la ciencia e investigación, no acabe como la de la larvas infectada por el bacillus cereus.