viernes, 27 de julio de 2012

El teléfono rojo


Hace unos días me quedé hasta tarde en la Universidad (esto no es la anécdota, porque esto es habitual). Lo que pasó es que me olvidé en casa la tarjeta que utilizamos para, entre otras cosas, entrar y salir del edificio fuera del horario "oficial" (después de las 18 h). No me había pasado todavía después de tantos meses... No parece mucho problema, porque cualquier persona del edificio puede abrirte la puerta con su tarjeta. Pero en realidad es un problema, porque no quedan personas en el edificio. Ninguna. 
Así que llamé a Seguridad y les expliqué que necesitaba salir y que no tenía la tarjeta. Esperaba que alguno de los vigilantes que pasean por los edificios y el campus se pudiera acercar a abrirme la puerta.

-¿Y por qué no tienes tu tarjeta? -me preguntan al otro lado del teléfono con tono de regañina.
-Pues porque me la he olvidado en casa -respondo con voz de víctima.
-¿En qué puerta estás, en la principal o en la trasera?
-Ahora estoy en la oficina, pero puedo estar en la puerta que me digáis.
-Déjame comprobar... Da igual, se abrirán las dos.
-Vale, espero abajo.

Y espero a que alguien venga a abrir las puertas. Cinco minutos, diez, quince, veinte... El campus no es tan grande como para que no haya un vigilante a menos de veinte minutos. Compruebo que las puertas están realmente cerradas. Lo están. A los veinticinco minutos decido que debería llamar otra vez. Me acordaba de la extensión, quizás podía llamar con el móvil para evitar que mientras estuviera arriba llamando desde la oficina, llegara la persona de seguridad a las puertas de abajo. Entonces descubro un teléfono rojo justo al lado de la entrada principal. El caso es que estuvo ahí siempre, pero no había reparado en él hasta entonces. Y pienso, "qué bien, un teléfono interno justo en la puerta". Marco la extensión de Seguridad otra vez y me contesta la misma voz apagada que anteriormente.

http://es.wikipedia.org/wiki/Tel%C3%A9fono_rojo


-Hola, sigo en el edificio 3S, esperando la apertura de las puertas... -le respondo.
-Déjame comprobar -dice de nuevo. 

Y entonces oigo "tic". Y mientras sigo con el salvador teléfono rojo en la mano derecha, empujo la puerta con la mano izquierda. Y se abre. 

-Ahora sí, gracias, ya se ha abierto -digo como si toda la vida hubiera sabido que estaba esperando este gesto.

Al parecer, desde Seguridad tienen control remoto de la apertura y bloqueo de las puertas de los edificios del campus. ¿Pero cómo iba a saberlo yo? Si me dicen "déjame comprobar" yo pienso que están comprobando si hay alguna persona de seguridad disponible para acercarse al edificio. Y cuando dicen "se abrirán las dos puertas" pienso que es mediante la tarjeta de alguien de seguridad, no por control remoto! Total, que seguramente las puertas se abrieron después de mi primera llamada durante unos minutos para darme tiempo a salir. Pero como yo me quedé pacientemente esperando en el hall sin hacer intención de salir, al rato las puertas debieron bloquearse otra vez. Y yo haciendo el panoli durante veinticinco minutos más...


lunes, 16 de julio de 2012

Cumpleaños y crisis



Desde hace ya bastantes años, Héctor y yo celebramos el cumpleaños el mismo día. No es una medida para ahorrar en tiempo de CRISIS, ni siquiera para ahorrar en tiempos de bonanza. No es el caso de los hermanos que toman la comunión a la vez para hacer una única fiesta (muy a pesar de los hermanos implicados, que preferirían ser protagonistas únicos y celebrar a la vez que sus amigos y no por adelantado o atrasado). No es para no tener a los pesados (o encantadores) familiares metidos en casa más días de los necesarios. No es para que en lugar de recibir dos regalos individuales y personalizados recibamos uno común y de uso general. No es para que pidamos "cuidadores" de niños sólo una noche en lugar de dos para irnos de cena romántica. No es para hacer más fácil la agenda de celebraciones con los amigos.  Simplemente es que nacimos el mismo día del mismo año (en el mismo país del mismo planeta) y nos parece coherente celebrar el cumpleaños el día en que nacimos. Al nacer el 16 de julio, Héctor por poco se llama Carmelo (que a mí no me disgusta para nada) y yo incorporé inesperadamente Carmen como primer nombre.


Y de momento no sabemos qué es la CRISIS de los 40 porque aún no los hemos rozado. Pero vamos, que si es una crisis existencial a mí me ha llegado de forma precoz… Mejor, porque así se me pasa antes.

Este año hemos celebrado nuestro cumple por primera vez en UK, con nuestros enanos, nuestro mejor regalo (cuando no están vociferando y pegándose mientras ruedan por el suelo). Diego nos ha regalado un trofeo con forma de copa que nos ha encantado. Aunque a veces nos cambiaría por otros padres que le dejaran hacer lo que le viene en gana, hoy parece que nos hemos ganado este premio. El regalo de Rodrigo ha sido (con mucho esfuerzo por parte de todos) que dejara tranquilo a su hermano durante la construcción del trofeo para que pudiera terminarlo sin incidentes fraternales…



La última semana



Aunque yo pensaba que era el viernes pasado, el día en que realmente se acaba el cole es este miércoles. Así que ésta es nuestra última semana en Bath antes de las vacaciones en España (como los guiris).

Aquí seguimos con el tiempo de invierno en Valencia (ver condiciones de ahora más abajo), así que cuando llegue a España me va a dar uno de los famosos "golpes de calor".




Los niños y niñas de la clase de Diego han hecho un dibujo "en secreto" para hacer una especie de cuadernillo de dibujos y regalárselo a su maestro, porque se despiden de él en Year 1 para pasar a Year 2 con una nueva maestra.

Aquí la obra de arte...



PD. No hacéis comentarios en mis entradas   : (    Por lo menos, si leéis el texto, pinchad en "lo he leído" al final de la entrada. Gracias por el feed-back! 

viernes, 13 de julio de 2012

Babosas: epílogo y más



Es que esta saga da para muchos capítulos...

Ayer (ACCIDENTALMENTE, LO PROMETO) pisé un caracol en una baldosa al lado del jardín. Esta mañana, una babosa ha abandonado su nocturnidad ¡para comérselo!

No sólo se comen las plantas (preferentemente con flor bonita) sino que además son necrófilas!!!


¿Se puede ser más repugnante?




Sábado, 14 de Julio de 2012


Se puede.

No hago una nueva entrada porque se supone que tengo que acabar de hablar de estos asquerosos moluscos (sí, del mismo filum que las ostras! http://es.wikipedia.org/wiki/Mollusca). Así que alargo el epílogo.
Anoche pude comprobar cómo las babosas se daban el festín en grupo. Las que pudieron esperar a la noche para saciar su apetito se unieron a la babosa diurna para saborear el malogrado caracol. Realmente asqueroso. No pude resistirme: aproveché la gastronómica reunión para hacer una cacería como si de brujas medievales se tratase. Y, como brujas que son, acabaron en la hoguera.

Estos bichos están demostrando el asesino potencial que todos llevamos dentro. Hasta la más dócil persona puede llegar a matar... Ahora son babosas, pero creo que si tuviera un arma y alguien pretendiera hacer daño a mis hijos, me lo cargaba. Así que mejor no tener armas encima. Y yo voy a ver si encuentro alguna terapia en internet para superar este instinto aniquilador, que me empieza a preocupar...

Ahí estaban, con nocturnidad y alevosía saboreando a un congénere tan "ricamente".


Esta otra mientras tanto prefería comerse una de mis flores.
Debía de ser la vegetariana del grupo.




jueves, 12 de julio de 2012

Babosas V: capítulo final



Me rindo.

Las babosas han ganado la batalla y la guerra. Aunque después de varios genocidios y rabietas he entendido que cada uno ocupa su nicho, y las babosas ocupan el suyo haciendo lo único que saben hacer: comer y babear.

Me he dado cuenta de que mi jardín hace de "refugio agrícola" para ellas, ya que los vecinos utilizan bolitas tóxicas. La trampa contra babosas no ha funcionado, ha atrapado más de cien bichos bola (fauna auxiliar) pero cero babosas o caracoles. De todas formas, he comprobado empíricamente que ambos pueden salir del agua, así que igual tenía que haber puesto más sal, a ver si se deshacían por ósmosis...

Ahora dejo las hierbas que crecen espontáneamente como reservorio de comida babosil. Las que vea que no se comen las iré quitando.

Lo malo es que plantamos un huerto ecológico con zanahorias, guisantes y fresas (por el momento) y las babosas no nos van a dejar probar bocado. Estábamos pensando ampliar el huerto, pero no sé si es buena idea...

Los últimos genocidios no eran por abrasamiento.
Metía a las babosas en un bote con agua y me deshacía de él.


La efectividad de la trampa para la captura selectiva de Armadillium depressum (bichos bola).
   

Las babosas empiezan a atacar la plantación de guisantes.
Sus restos babosos se pueden apreciar en la parte inferior de la fotografía.


Sin embargo, parece que les gustan más las zanahorias y los guisantes
que las fresas, que parecen salvarse del ataque.


La naturaleza se impone...
Las babosas son más recatadas (son nocturnas), pero los caracoles se piensan que
bajo el caparazón pueden hacer "edredoning" y pasar inadvertidos.
Mientras los caracoles copulan para que la descendencia se siga comiendo mi jardín,
uno de los ubicuos crustáceos malacostráceos (bichos bola) hace de carabina (o de voyeur).


miércoles, 11 de julio de 2012

Una de agua y otra de arena

Algunas veces nos llegan los vientos del Sahara que dejan las olas de calor en España con temperaturas insufribles. Cuando pasan por aquí, se nota algo menos de frío, pero sobre todo, notamos el barro que se forma cuando la lluvia inglesa interacciona con la arena africana...


martes, 10 de julio de 2012

Un fin de semana en Londres


Después de casi un año aquí, este fin de semana nos hemos ido a visitar Londres. Mónica nos regaló la invitación y estuvimos con ella paseando y visitando el Museo de Historia Natural, venga metro y tren y autobús y noria (y lluvia...).

Nuestros cálculos nos indican que hemos visto aproximadamente un 1% de los lugares visitables, así que tendremos que volver!


martes, 3 de julio de 2012

Rubén en Bristol




El abuelo Rubén estuvo en Navidad y se quedó con ganas de ver esta zona en verano. Algo más primaveral parece, pero sigue lloviendo y llevamos las chaquetas.

Como a él le gusta tanto el mar y los barcos, nos fuimos a Bristol a visitar el ss Great Britain. Y desde luego que fue quien más disfrutó!