Pensat i fet

El lunes me dio por mirar el tiempo que nos esperaba para las vacaciones de Semana Santa y Pascua. Ni un rayo de sol. Venga chubascos, periodos de lluvia, nubosidad baja... y así un día tras otro. Buf, pensé, más frío y lluvia para las vacaciones. ¿Y en España, qué tiempo hará? me pregunté. En Valencia, sol y más sol y temperaturas primaverales (de las España, porque aquí la primavera es otra cosa). De pronto me vi paseando por la orilla de la playa, descalza, con una camisola y gafas de sol (que aquí no uso). Y pensaba "qué bien me vendría un poco de vitamina D y de hormonas de las buenas fluyendo por mi cuerpo..." Como el que no quiere la cosa, miré cómo estaban los vuelos Bristol-Valencia con Ryanair. Ya lo había mirado un par de meses antes, pero me parecieron carísimos. Cuando consulto las fechas me doy cuenta de que los precios han bajado. Qué raro... pienso. Compruebo y compruebo y resulta que no sale tan caro, y además los vuelos son por la tarde y no a esas horas intempestivas de la madrugada en la que son el resto del año. Uyyyyy, ¿y si nos vamos a Valencia en Pascua? me empiezo a preguntar. Consulto a Héctor. Su respuesta es la que da en el 95% de los casos ante cualquiera de mis sugerencias: NO. 

-¿Por qué no? Los precios son muy buenos, y podemos estar diez días si yo cojo sólo cuatro o cinco días de vacaciones...

- Porque tenemos que ir a Harpenden .

Pues sí. Justo el fin de semana pasado habíamos quedado en ir a visitar a Joel, Sonia, Sergio y Elsa en Semana Santa.

- Pero podemos ir a verlos otro fin de semana. Ellos lo entenderán, es una oportunidad muy buena...

- NO.

- Jo, ¿pero por qué no?

- Porque ya no queda nada para que volvamos a ir, no merece la pena ir ahora.

- ¿Cómo que no queda nada? ¡Si no vamos a ir hasta agosto! Además, no hemos vuelto a ir desde el verano pasado...

- NO.

Y así una vez tras otra. Tras una retahíla de excusas variopintas, discusiones y alguna lágrima, consigo que empiece a entender que realmente me hace falta salir de aquí unos días. Pero nos vamos a dormir sin haber tomado ninguna decisión.

Mi hermana siempre dice que los martes es más barato comprar billetes de avión (por internet). Yo no me lo creía mucho hasta ayer. Miro otra vez los precios de los vuelos y ¡estaban 150 euros más baratos que el lunes! Me entran los nervios. Héctor ha pensado que no es tan mala idea ir a España (así hace los trámites necesarios con su empresa y se trae el carnet de carretillero que le piden para trabajar aquí). Tengo la cena en el microondas, pero no me puedo esperar a cenar... Voy a por la tarjeta de crédito y empiezo a rellenar los formularios-trampa de Ryanair (buscando en medio de todos los desplegables la opción "no necesito de eso, gracias"). Nada de ida y vuelta. Esa es otra de las trampas de Ryanair: el vuelo Valencia-Bristol cuesta 160 libras si escojo la opción de ida/vuelta, y si compro un billete de ida Valencia-Bristol el importe es el mismo, pero en euros (más barato). Así que dos idas, una para allá y otra para acá. "Primera ida" el 27 de marzo y "segunda ida" el 7 de abril. Pago efectuado. Precio chollo en Semana Santa: 377 libras, 4 personas ida y vuelta.

Llevo unos días sin dormir bien (no sé si decir sin motivo aparente o si por acúmulo de motivos). El caso es que anoche no podía dormir pero era del gusanillo que tenía en el estómago después de la compra de los billetes. Ya sabéis que yo no soy de las que toman decisiones de repente, pero esta vez siento que ha estado bien así. No podía estar contenta del todo porque sabía que en Harpenden una familia estaba decepcionada, pero les he prometido que iremos a verlos pronto (y seguro que entonces tenemos menos lluvia y nieve de la prevista en Semana Santa).

Los niños están contando los días que faltan para ir y los abuelos seguro que también. A mi me viene una sonrisilla a los labios cuando pienso en el viaje. Y es que necesito mirar mis cosas desde otra perspectiva, y si esa perspectiva tiene un sol radiante, pues mucho mejor.